domingo, 19 de julio de 2015

HAZ QUE VALGA LA PENA

Esta organización de los 25 años, ha sido todo un reto. En general somos los mismos sapos que anhelamos reunir un montón de gente que hace tiempo no se ve. 
Gente que convivió con nosotros 12 años, algunos mas o otros menos, y que en la época de la sub-comunicación, donde todo se reducía a un espacio de tiempo en los recreos, alguna broma pesada o no entre los cambios de clases, y reuniones en las casas por asuntos de carteleras hechas a mano, llegaron a ser nuestros amig@s del alma. Los que teníamos teléfono fijo podíamos pegarnos por horas a hablar con las amigas, y de vez en cuando tirábamos el auricular, si salíamos de pelea. Solucionábamos la angustia escribiendo papelitos exponiendo nuestros sentimientos y rogándole a nuestra amiga en disgusto que nos perdonara. O la perdonábamos en ese mismo papel, si la cosa había sido al revés. También alcanzamos a hablar con las “supuestas” suegras que nos acolitaban los amoríos de la época. Los hombres, he descubierto después, tenían un vida simple, dormir, jugar futbol  y conocer billares.
Con los años, todo cambió. Los más aventureros se fueron del país. Otros se fueron a otras ciudades, la mayoría estudió y trabaja. Se casaron algunos, otros aun esperan a su príncipe azul o decidieron por la feliz soltería por siempre. Casi todos tenemos hijos, esposos, ex-esposos, novios. Todo cambió. El color del pelo, el peso, las curvas; las responsabilidades aumentaron y las angustias propias de la edad que tenían nuestros padres hace 25 años, de alguna forma macabra se transmitieron hasta nosotros, de manera que ahora pensamos como nuestros padres y nos preocupamos, e inclusive, hasta actuamos como ellos.
En fin. Escribo hoy a 61 días de la fecha que nos marcamos los tercos que insistimos en reunirnos cada 5 años a vernos por unas cuantas horas las caras y recordar en medio de una noche íntima y personal, que la vida en nuestra juventud era simple, era sencilla e inolvidable. Tal vez, reunirnos sirva para encontrar a esos amigos que hoy se parecen tanto a tu hijo, al que no sabes cómo tratar. O sirva para zanjar alguna deuda moral o pedir perdón a alguien a quien le jalaste el pelo cuando tenías 5 años y que aun espera tu disculpa. Tal vez nos sirva para añorar lo que se fue y no volverá. Tal vez nos sirva para llorar por los que se fueron y recordarlos. Para reírnos de aquel que se quedo dormido en la última fiesta y en cámara lenta se fue cayendo de la silla. O para volver a amanecer en casa de Pio sabiendo que pasen los años que pasen, el espíritu rumbero seguirá intacto. Tal vez sirva para encontrar dos almas perdidas que anhelan encontrarse, como quedó demostrado hace 5 años.
Trato de encontrar la razón por la que me reúno cada martes de este año con los mismos tercos, (que ahora estamos más tercos porque recuerden que nos parecemos a los tercos de nuestros padres), a discutir por espacio de 3 horas sobre la fiesta. Peleamos. Peleamos mucho y ahora tenemos mas argumentos para no dar nuestro brazo a torcer. Llamamos. Llamamos mucho  a cada uno de nuestros compañeros y recordamos la importancia de su presencia indispensable esa noche. Tambien comemos, comemos mucho, porque necesitamos fuerzas para seguir adelante. Porque organizar esta fiesta no es lo mismo que hace 5 años, o hace 10 o hace 15. Ahora tenemos 41 años, muchas cosas pendientes en casa y muchas cosas pendientes en el trabajo. Pero sacamos el tiempo que no tenemos para perseguir a cada uno y recordarles que luchen contra a inercia de la edad que tenemos ahora. Que aunque nuestros cuerpos puedan parecer de 38, de39, de 40 , de 42 o 49, nuestro espíritu siempre tendrá  16. Nuestro espíritu es lo que mantiene a esta promoción cohesionada. La mantiene viva. Y el espíritu nunca envejece.

Soy Pamela Cruz, escribiendo hoy 29 de septiembre, desde una tarde soleada de domingo, cuando he descubierto mi primera cana que me quiere decir que estoy vieja pero mi espíritu joven se emociona porque, después de 25 años, veré a mi amigo Nelson Caicedo, y por primera vez en 10 años mi siempre amiga Tania, ha confirmado su presencia, pese a la horrible crisis económica que vive España. Ellos y los que nos acompañarán esa noche, hacen que todo lo que vivamos, lo que peleemos y lo que discutamos en este comité de Tercos,  Valga la Pena. Tu, que aun no te decides, Haz que valga la pena!!!!



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